martes, 16 de octubre de 2012

Crisis en España vs Crisis de Valores

Es evidente que estamos viviendo una de las mayores crisis económicas de nuestra historia reciente.  Echando un vistazo no demasiado profundo a las noticias e informaciones que nos llegan todos los días, podemos deducir diversos condicionantes que no sólo han contribuido, sino que están prolongando un ciclo económico francamente duro para nuestra sociedad.

Según informaciones recopiladas en los últimos meses, sabemos que estos son los posibles condicionantes que explican, al menos en parte, la actual situación:

- Existencia de una abultada burbuja inmobiliaria que durante su etapa de crecimiento fue alimentada por una clara acción permisiva de nuestro Banco de España.  Una falta de regulación específica del sector bancario pudo haber causado que la banca privada concediera préstamos suavizando los criterios que rigen su concesión.  Préstamos que aumentaron la cantidad de dinero disponible entrando a formar parte del flujo circular de la renta.  Pero no debemos olvidar que el Banco de España es el principal órgano supervisor del sistema financiero.  Por tanto, cabe deducir que su labor durante los años de burbuja no haya sido la que habría cabido esperar, al no valorar adecuadamente el nivel de riesgo al que se estaba sometiendo el sistema.

- También disponemos de una clase política realmente aferrada al poder, un oligopolio de partidos con un poder autónomo que ha creado su propia estructura de puestos, adecuada para acoger a iguales, familiares y amigos.  Sueldos elevados, estructuras caras e improductivas.  El estamento político, en coalición con el poder económico, devora y se reparte los fondos públicos.  Prueba de ello es el actual sistema autonómico, claramente insonstenible en su configuración actual, la amplia red de empresas públicas, y la existencia de suculentos contratos entre Administraciones Públicas y empresas privadas.

- Las necesidades monetarias de nuestro sistema bancario durante la burbuja motivaron la entrada de fondos del exterior, demanda que fue atendida en gran parte por préstamos de otros bancos europeos.  Es razonable pensar que ahora que existen dificultades para devolverlos, los gobiernos de nuestros colegas europeos (fundamentalmente Alemania y Francia) tengan incentivos para promover ayudas y rescates a favor de España que aseguren el pago de las deudas a sus propios bancos.

- Y si seguimos investigando, encontraremos otros argumentos más o menos acertados, en la línea de los anteriores, que explican el origen y el mantenimiento de la actual crisis económica.

Pero indudablemente, para entender mejor la situación, va a resultar obligatorio abstraerse de toda clase de ideas políticas.  La tradicional estructura política en España tras la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista, ha marcado profundamente las diferencias entre derechas e izquierdas, y no ha hecho más que enturbiar la comprensión de la realidad, así como  manipular a la población en un sentido o en otro.  Aunque será un tema de otro post, adelanto que ha existido un claro interés por remarcar esas diferencias en aras de asegurar el voto cautivo.  Es obvio que, por ejemplo, un votante de izquierdas dificilmente votará al PP, por muy mal que lo haga su actual partido.  Mantener vivas las diferencias históricas asegura un voto fiel y cautivo.

Y digo esto porque:   NO EXISTE CONCIENCIA DE CONTRIBUCIÓN A LA SOCIEDAD.  Para explicar este concepto, resulta obligado hablar de Nación, de Estado, y de España en definitiva.  Por desgracia, estas tres últimas palabras son objeto constante de toda clase de connotaciones históricas relacionadas con el franquismo, el poder, la derecha y la religión ultra-católica.  Entonces, ¿cómo podemos hablar de la necesidad de contribuir a nuestra patria sin ser tachados de fachas?  lamentablemente existen demasiadas interferencias, el mensaje difícilmente llega a la sociedad.  La política tergiversa y manipula este tipo de afirmaciones para que lleguen a la población con un formato predeterminado.

En este sentido, me viene a la mente el caso de los países nórdicos.  Por ejemplo, Dinamarca disfruta de una protección social frente al desempleo realmente envidiable.  Sin embargo, al Danés medio no se le ocurriría dejar su trabajo para aprovecharse de esa cobertura, ya que tienen clara una conciencia de contribución con su trabajo a la sociedad

¿Por qué en España escasea la conciencia social del bien para la colectividad?   En mi opinión, esto es así porque estamos perdiendo los referentes que nos deben guiar, estamos perdiendo la guía que debe marcar nuestro rumbo, nuestro norte.

Hace años, un inspector de hacienda comentaba en televisión que cada vez que tiene lugar un caso de corrupción política de gran alcance mediático, se observa en los meses siguientes un aumento de la tasa de fraude fiscal entre la población general.  Estos son nuestros referentes.  Si nuestros líderes (de opinión) actúan de modo fraudulento, el ciudadano medio tiene incentivos para actuar mal también.

La falta de valores y de referentes claros hace que los ciudadanos vean justificadas conductas poco éticas por el mero hecho de que 'todo el mundo lo hace'.  De esta forma, se convierte en un comportamiento "lícito" no pagar IVA en las chapuzas caseras, superar el límite de velocidad si no hay rádar a la vista, cobrar el seguro de desempleo mientras trabajo sin contrato, y otros tantos ejemplos.

Lo verdaderamente alarmante es la respuesta a la pregunta ¿quién se encarga hoy día de impartir reglas éticas y valores capaces de resistir estos reiterados ataques?  La respuesta puede ser inquietante:  se me ocurren los siguientes:  los programas de televisión, incluyendo famosos de la telebasura, la clase política con sus intereses particulares, líderes de opinión como futbolistas y otros personajes públicos.  Con esto no quiero decir que estas personas no tengan opiniones válidas, pero desde luego disponen de un poder sobre las opiniones de las personas que no debía recaer en ellos.  El definitiva, el consumismo, el capitalismo, el egoísmo individual se convierten en los nuevos referentes.

Tradicionalmente se ha encargado de la función doctrinal y moral a la iglesia, pero ésta ha sido menospreciada injustamente con motivo de la intensa búsqueda de libertades tras una etapa de dictadura represora.  Ahora nos encontramos en el extremo contrario del péndulo.

Sólo confío en que el péndulo termine por centrarse en un terreno más neutral que permita que las personas formadas en campos como la filosofía y ética sirvan como referentes válidos para la sociedad.  Como decía Sócrates, de la misma forma que cuando confiamos nuestro entrenamiento físico a un maestro en educación física, no prestamos atención a las opiniones que un profano pueda tener sobre nuestros rigurosos hábitos alimenticios, no podemos permitir que cualquiera se convierta en referente de nuestros valores y principios, si no es especialista en el terreno ético y moral.

Ésta es ahora nuestra asignatura pendiente, dotar a la población de un sistema de valores capaz de dirigir los esfuerzos individuales a un fin común de provecho, hacia una sociedad mejor para todos.